LOS APÓSTOLES DE LA LEGIÓN
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LOS APÓSTOLES DE LA LEGIÓN
Los de siempre, los de la llamada progresía, leerán esto y les resultará, cuanto menos, chocante o anacrónico. Lo que para nosotros es la consecuencia lógica de exponer la propia existencia física por amor a nuestros valores, a ellos, a los de siempre, se les antoja un ejercicio inútil o estéril. Son dos conceptos diferentes de entender la vida y también la muerte. Para unos la vida es servicio, para los otros beneficio. La muerte para ellos es el carpetazo inexorable del no existir; para nosotros la muerte no es el final, tan solo un cambio de destino; pasamos del Servicio temporal en la Tierra a la Guardia permanente en el Cielo. Ese es nuestro Credo, esa es nuestra Fe y por ella vivimos y morimos.
Nosotros, que somos quienes somos, apostamos por una Vida como Vocación de Servicio a Dios y a España, y por una Muerte como Leal Compañera que nos abre las Puertas de la Vida y Gloria Eternas.
El Legionario, aunque algún cretino se escandalice al leerlo, tiene un espíritu marcado por unos valores éticos y estéticos que exceden los del hombre corriente; algo que nace del alma limpia, generosa y pura, como es el alma legionaria.
El Legionario prolonga su espíritu legionario en la vida civil. Nuestro comportamiento debe ser siempre irreprochable,
Aunque nos den la espalda, nosotros siempre debemos dar la cara por nuestros compatriotas, especialmente los más débiles.
Siempre debemos hacer alarde de nuestra condición de legionarios, y no por fanfarronear, sino para que nuestros compatriotas se sientan más seguros con nuestra cercanía y amistad.
Apóstoles de La Legión, es a lo que estamos llamados a ser.
Para superar todos los prejuicios que nos acusan y para ganarnos la confianza de todos nuestros compatriotas, especialmente los más recalcitrantes a abrirnos su Corazón.
Nosotros somos la Vanguardia de La Patria. En la Milicia y en la Vida Civil.
Allí donde vaya el Antiguo Caballero Legionario siempre es un ejemplo para la Sociedad Civil, aunque ésta le dé la espalda.
Nosotros, que somos quienes somos, apostamos por una Vida como Vocación de Servicio a Dios y a España, y por una Muerte como Leal Compañera que nos abre las Puertas de la Vida y Gloria Eternas.
El Legionario, aunque algún cretino se escandalice al leerlo, tiene un espíritu marcado por unos valores éticos y estéticos que exceden los del hombre corriente; algo que nace del alma limpia, generosa y pura, como es el alma legionaria.
El Legionario prolonga su espíritu legionario en la vida civil. Nuestro comportamiento debe ser siempre irreprochable,
Aunque nos den la espalda, nosotros siempre debemos dar la cara por nuestros compatriotas, especialmente los más débiles.
Siempre debemos hacer alarde de nuestra condición de legionarios, y no por fanfarronear, sino para que nuestros compatriotas se sientan más seguros con nuestra cercanía y amistad.
Apóstoles de La Legión, es a lo que estamos llamados a ser.
Para superar todos los prejuicios que nos acusan y para ganarnos la confianza de todos nuestros compatriotas, especialmente los más recalcitrantes a abrirnos su Corazón.
Nosotros somos la Vanguardia de La Patria. En la Milicia y en la Vida Civil.
Allí donde vaya el Antiguo Caballero Legionario siempre es un ejemplo para la Sociedad Civil, aunque ésta le dé la espalda.
Pedro Motas Mosquera- Mensajes : 39
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